¿Se pueden realizar tratamientos dentales durante el embarazo?
Definitivamente si, sin embargo, si no son realmente necesarios se recomienda posponerlos. Hay que tener en cuenta que los procesos infecciosos agudos y otras circunstancias pueden llegar a causar problemas graves, por ello se recomienda aprovechar el segundo trimestre del embarazo ya que en esta etapa la embarazada se encuentra en un periodo más estable.
Durante el embarazo es importante evitar la exposición a las radiaciones ionizantes, especialmente en el primer trimestre, aunque se podrán realizar cuando sean estrictamente necesarias mediante radiovisiografía (Rx digital) y siempre protegiendo la zona abdominal con un delantal plomado. El tercer trimestre complica la confortabilidad de la paciente en el sillón dental en el caso de tratamientos prolongados y se deberá adaptar las visitas a la situación.
Normalmente, la selección y administración de medicamentos es la principal preocupación, ya que muchos fármacos pueden atravesar la barrera placentaria y producir toxicidad en el feto, aun así, las sustancias que frecuentemente se emplean en odontología (penicilina, paracetamol, lidocaína) pueden usarse con relativa seguridad, solo no se recomienda el uso de analgésicos del tipo AINES, narcóticos, antidepresivos ni tetraciclinas.
¿Es conveniente suplementar la dieta con flúor durante el embarazo?
Actualmente no hay evidencia científica que demuestre que el flúor atraviese la placenta y por lo tanto pueda beneficiar al feto, por esto, no se aconseja el uso de suplementos de flúor sistémico durante el embarazo.
¿Es verdad que se pierde el calcio de los dientes?
En contra de la creencia popular, y aun requiriéndose un aumento de este durante el embarazo en torno a un 33%, el calcio no es extraído del tejido dentario.
Sin embargo, se propicia una serie de cambios en la conducta alimenticia y a nivel bucal como son el aumento en la frecuencia y cantidad de alimentos que se ingieren, la proliferación de algunas bacterias presentes en la boca y cambios en la acidez salival, que acompañados de unos hábitos insuficientes elevan el riesgo de las infecciones por caries en la futura madre.
Los cambios hormonales durante el embarazo hacen que las encías sean más susceptibles a la inflamación y al sangrado.
De este modo, dichos como “Un embarazo, un diente” no tienen ninguna validez científica hoy en día, pero nos recuerdan lo importante de mantener una correcta higiene oral y una dieta equilibrada durante el embarazo.